VIGA AZUL. ¿CATÁRTICA DERROTA?
Muchos errores defensivos de bulto a lo largo del partido, así como una inquietante ausencia de ambición ofensiva de un centro del campo que, en lugar de buscar el hueco para poner el balón en el área rival, daban pases cortos y –lo que aún es peor– imprecisos.
La famosa intensidad, «que no se negocia», solo estuvo presente en los primeros compases del encuentro. Fue desapareciendo hasta el extremo de que el Rayo Majadahonda se adueñó del juego no solo en la segunda parte, sino también en los minutos finales del primer tiempo.
No se hizo buen fútbol y el equipo local se mostró superior al Oviedo en la mayor parte del choque. Nos superaron continuamente por las bandas. Y alguien tendría que preguntarse cómo es posible que un jugador al que no se le ofreció la continuidad del equipo, como es el caso de Varela, le haya ganado la partida casi siempre a su marcador. Algo falló, algo falla, y va siendo hora de buscar soluciones.
Los cambios no corrigieron nada, y en ninguno de ellos se vio que el entrenador tuviese voluntad de buscar otra estrategia que pretendiese darle otro rumbo al partido.
Joselu apenas tuvo asistencias. Y esto me lleva a preguntarme cómo es posible que los refuerzos del equipo en el centro del campo, con jugadores de calidad contrastada, no hayan sido capaces de forjar un tipo de juego más ofensivo, más incisivo, con mayor mordiente. Pases imprecisos, falta de verticalidad en el juego, despistes difícilmente perdonables en defensa.
Aun así, el partido podría haber terminado en empate, porque la delantera del Rayo perdonó varias ocasiones muy claras.
A partir de ahí, quiero creer que la ayer pudo ser una derrota catártica, es decir, que no se puede confiar en la suerte para no perder un partido, que no se puede dar por hecho que el equipo rival va a perdonar siempre ocasiones que le servimos en bandeja a resultas de fallos clamorosos en defensa.
Sé que a mucha gente se le encendieron las alarmas. Sé que la impaciencia se está apoderando de no pequeña parte del oviedismo. Pero no hay que precipitarse cayendo en un derrotismo que en ningún caso va a solucionar la papeleta.
Hace falta aprender de las derrotas, concretamente de esta última, y conjurarse ya para iniciar un camino de recuperación, en busca de un equipo que tenga su libro de estilo a la hora de jugar. Creo que hay calidad en la plantilla para ello.
¡Paciencia!