La cosa prometía. Mucho público en el Pleno, un orden del día plagado de ‘urgencias’ y un debate que ya había levantado sarpullidos. Una vez más, la crispación estaba garantizada.

Las declaraciones que había hecho Taboada acerca de una supuesta falta de lealtad de algunos funcionarios, aunque no fue lo primero que figuraba en el orden del día, estaba claro que habían suscitado enorme expectación. El edil conservador Antuña planteó no sólo su rechazo a las palabras de la primera teniente de alcalde, sino que también puso de manifiesto que a ello se sumaban las distintas organizaciones sindicales que cuentan con afiliados en el Ayuntamiento. Tema ciertamente delicado en el que siempre será injusto generalizar. Cierto es que en muchos ayuntamientos no todos los empleados accedieron a su puesto mediante un concurso-oposición, y eso es algo que supone un agravio comparativo con respecto a quienes sí pasaron por esa criba, y que ello puede llevar a lo que dice un conocido verso de Lope de Vega, es decir, a ‘creer sospechas y negar verdades’. En todo caso, del mismo modo que hubo nombramientos susceptibles de levantar recelos, también en Oviedo, hay que tener muy claro de qué se habla y de quién se habla, sin márgenes para la duda. Y, desde luego, el funcionariado es la principal garantía de independencia de las instituciones. Y el Pleno que solicitó Taboada para tratar el tema, en el que se pediría la comparecencia de Gabino de Lorenzo, seguramente no se llevará a cabo, pero sería todo un acontecimiento mediático, aunque no sólo mediático.

Por otro lado, la intervención de doña Belén Fernández pidiendo apoyo a lo que se conoce como enseñanza concertada, apelando a «la libre elección» de las familias para elegir centro docente, desde luego va en el guion de su partido, pero se diría que desconoce que hay muchas familias en Asturias donde esa «libre elección» no es posible, entre otras cosas, porque no hay centros concertados. Llamar «socialismo trasnochado» a un partido político que siempre sostuvo con dinero público el negocio de la enseñanza concertada supone, entre otras cosas, desconocer la historia de esa ideología en España. Pero, en fin, el guion se cumple.