El jueves empieza el debate de investidura en la Junta General del Principado y el viernes se someterá la candidatura de Adrián Barbón a votación. El tiempo para negociar un pacto entre las tres fuerzas de izquierda es muy escaso. Es absurdo dedicar cincuenta días para organizar la sesión de investidura y solo tres o cuatro para negociar, de verdad, ya que la primera ronda de contactos con todos los partidos (excepto, Vox) fue de carácter protocolario. Se podrá pretextar que sobran días si hay voluntad de acuerdo, pero lo lógico es que dispusieran de dos o tres semanas para cotejar programas y elaborar un documento que sirva de base para el debate de investidura.
Salvo sorpresa mayúscula doy por hecha la alianza entre PSOE e IU, ya que han forjado una larga senda de acuerdos en la política asturiana con distintos presidentes. En esta legislatura, IU tiene la cifra más baja de diputados (dos) de toda la etapa autonómica, así que en momentos de debilidad lo más sensato es aferrarse a un pacto en vez de hacer política desde el aislamiento en una Cámara en la que están representados siete partidos. Si a todo lo anterior añadimos que la suma de escaños de PSOE e IU no alcanza la mayoría absoluta, concluiremos que la clave del pacto de izquierdas está en el acuerdo entre PSOE y Podemos. Si socialistas y podemistas sintonizan, Barbón gobernará desde el primer día con mayoría absoluta. En caso contrario, si el bloque de izquierdas para la investidura queda reducido a un acuerdo entre PSOE e IU, tendrá la misma transcendencia que la entente entre Javier Fernández y Gaspar Llamazares hace cuatro años: ninguna.
Como suele suceder en estos casos el pacto se basa en el acuerdo sobre programas. El punto crítico está en la capacidad que tenga la dirección socialista para digerir las propuestas de Podemos. No se trata de una posición estática, sino que evoluciona con las circunstancias: la alianza entre las dos fuerzas no fue posible para el presupuesto de 2018 porque los socialistas no asumieron la gratuidad para la educación de 0 a 3 años, y en el presupuesto de 2019 hubo pacto sin que esa etapa educativa fuera gratis para los padres. Por cierto, en esta ocasión, Podemos renueva su petición de que a partir del 1 de septiembre se acceda a la primera etapa educativa sin hacer desembolso económico. Las propuestas de Podemos dan para un artículo muy largo, empezando por esa revolucionaria Consejería de Anticorrupción que no tiene precedentes en la Unión Europea.