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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

El astronauta de la Ría

Ricardo García Fernández, popularmente conocido como Rico El Buzo, es uno de los más destacados personajes de la historia de la Ría de Avilés.

            Al lado del puente San Sebastián, en la margen izquierda, todavía queda un poyo que data de 1873, año de su inauguración, y también una pequeña escalera que baja a la Ría (mayúscula ella, tratándose de la avilesina). Fue justo ahí donde, siendo yo niño, vi emerger un personaje como de Julio Verne.

            Brotó de las aguas, precedido de un enorme escándalo de burbujas, un ser con escafandra, cuerdas, tubos y pies de plomo. Foto fija la de aquel astronauta marino que llevo incrustada en la memoria, a pesar de que me la quiso destrozar Robert de Niro en la película ‘Hombres de honor’.

Ricardo García Fernández, en 1970.

Ricardo García Fernández, en 1970.

            No era un navegante espacial del firmamento, era un navegante especial del cosmos marino bautizado como Ricardo García Fernández, pero conocido como Ricardo El Buzo. Y no era una persona cualquiera.

            Nació en 1917 en Zeluán, pueblo fundado un año antes por su tío José Fernández García (Pepe La Vara) con quien trabajó de los 14 a los 17 años aprendiendo el oficio de carpintero y ebanista. Un año más tarde ingresa en la Junta de Obras del Puerto (lo que hoy conocemos como Autoridad Portuaria) de donde jamás saldría con el paréntesis de la terrible Guerra Civil española. Le tocó luchar en los dos bandos (y en Asturias, Teruel y Cataluña) y hasta sufrir herida de bala -que le dio más guerra todavía- y finalmente quedar recluido en el campo de prisioneros de La Vidriera, en El Arbolón, de donde saldría para volver a trabajar en el puerto.

            En 1946 se casa con Maximina Iglesias Muñiz con la que tuvo dos hijos: Flor y Ricardo.

            Rico trabajó como buzo entre 1947 y 1978. Cimentó práctica­mente todos los muelles de los puer­tos pequeños de Asturias, pero su labor principal la hizo en el estuario avilesino con aquel aparatoso ‘uniforme’ de goma colocado encima de ropa de lana, con escafandra y más de medio centenar de kilos de plomo por todo el cuerpo para evitar que flotara (el cinturón pesaba 10 kilos, un escapulario 25 ademas de los 10 kilos en cada suela de la bota). Con el tiempo le tocó cambiar al traje ajustado al cuerpo y botellas de aire comprimido, gafas, aletas…foto-3-ricardo-garcia-el-010357-rico-en-fb-241211

            Pero Rico no se quedó en el fondo, subió a la superficie y fue más cosas entre ellas patrón del remolcador ‘Pluton’ y luego de la draga ‘Avilés’. Y vivió el drama del paso brutal del blanco al negro, el deterioro ambiental sufrido por la Ría con la enorme contaminación causada por las grandes industrias instaladas a mitad del siglo XX.

            Siguió, al jubilarse en 1982, trabajando por libre como artesano de la madera y la cestería, pero sobre todo trasmitiendo conocimientos y querencia con la Ría de Avilés, en primer lugar a su hijo Ricardo García Iglesias, hoy ingeniero industrial y Capitán de Navío en la Reserva, que también domicilia en Zeluán y al que tengo por uno de los más ilustres estudiosos del estuario avilesino.

            Rico, padre, fue hombre para todo y para todos, pues tuvo multitud de amigos y miles de parientes. Personaje de mucho calibre, así fue reconocido en vida -algo que no sucede muy a menudo- en Zeluán a instancias de Mavea, grupo ornitológico que está al frente de las actividades para divulgar la importancia del monumento natural de Zeluán y su entorno. Al homenaje celebrado el 14 de abril de 2008 se sumó el Ayuntamiento de Gozón, con su alcalde a la cabeza, descubriéndose una placa en el parque del lugar (precisamente construido a instancias del homenajeado) a nombre de Rico El Buzo y de su tío Pepe La Vara, pioneros del lugar e históricos de la Ría junto a otros, entre ellos Pachico, que serán episodio aparte.

En el homenaje que le rindieron, en Zeluán, en 2008.

En el homenaje que le rindieron, en Zeluán, en 2008.

            Entre los sucesos y sucedidos que me cuentan de este lobo de mar me quedo con su rescate del ancla del galeón San Joseph, uno de los buques protagonistas de la invasión inglesa de Avilés en el verano de 1762 (ver LA VOZ DE AVILÉS del 8 de mayo de 2016).

            Ricardo García Fernández falleció en 2011. Será difícil encontrar personas que, como él, hayan tenido el privilegio de conocer la Ría por arriba y por abajo, de dominar lo marino y lo submarino, de saber tanto del paisaje como del paisanaje del estuario avilesino… Y, algo sumamente importante, de compartir esos conocimientos, parte de los cuales hoy se pueden ver en Internet en la página web del Grupo Mavea, para quien las sapiencias y observaciones de Rico El Buzo han supuesto ‘magníficas enseñanzas’.

            Rico personaje, don Ricardo García Fernández.

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Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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